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Como cualquier día de ocio el trío de amigos conformado por Cyno, Kaveh y Tighnari se encontraban en la casa del alfa simplemente haciendo nada. Los tres jóvenes habían conseguido una caja de chocolates rellenos de licor por parte de uno de los admiradores del omega rubio.
Los tres jóvenes decidieron que ese sería su secreto y que los irían comiendo con precaución. Cyno entonces presumió una hermosa pluma que recibió en la semana a cambio de conseguirle a una chica, una tarde en el parque junto a Kaveh.
-Es linda, muy elegante- comentó Tighnari tomando la pluma en sus manos, era pesada a pesar de su pequeño tamaño.
-Cyno, es inusual que tu padre reciba visitas- comentó Kaveh acostado en el sillón, Tighnari le había pasado la pluma y había comenzado a jugar con ella- qué tal si escuchamos lo que están hablando la anciana y Cyrus?
-Es la primera vez que tienes la iniciativa en ideas como esa- menciona el omega pelinegro con una sonrisa- finalmente estas cayendo ante nuestra influencia.
Cyno entonces soltó una risa cómplice ya que eran él junto a Tighnari los que siempre estaban arrastrando a Kaveh a alguna nueva travesura. Los ojos del pelinegro brillaron un poco ante esto y el rubio suspiró con frustración al notarlo.
-Vamos a ir o no?
No tuvo que decir más que Cyno y Tighnari lo seguían a la cocina a por unos vasos con la esperanza de poder escuchar mejor lo que sea que el conde de Spantamad estuviera hablando con la misteriosa mujer. Los tres se colocaron en la puerta, entusiastas y curiosos.
-Gracias por escucharme, y por ofrecerse a ayudarme con mi nieto- la mujer tenía un tono de voz firme, típico de un alfa.
-Su hijo fue mi amigo en mi época de juventud, claro que la ayudare- dijo Cyrus, Cyno sintió la melancolía y un poco de tristeza en la voz de su padre. Así que este había tenido más amigos aparte del padre de Kaveh y el de Tighnari.
-Oh no- murmuró, y recibió un golpe por parte de Tighnari y la advertencia de guardar silencio- solo escuchen. Van a obligarnos a ser amigos del nieto de esa anciana.
-Oh no- dijeron ambos omegas y entonces los tres jóvenes huyeron nuevamente a la sala de estar de la casa que se había vuelto su lugar de encuentro. A los pocos minutos, Cyrus junto a la anciana entraron sin preguntar.
-Lady Vultur Volans, este joven es mi hijo Cyno, los otros dos muchachos son también hijos de nuestro viejo círculo, Kaveh y Tighnari, seguramente se llevarán excelente con su nieto. ¿No es así?
-Oh sí- se apresuró a decir Kaveh y los otros dos jóvenes le siguieron el juego- no podemos esperar a tener un nuevo amigo.
-Si, un nuevo amigo- dijeron a unísono Cyno y Tighnari.
Entonces Cyrus abandonó la habitación junto a la mujer, no sin antes cerrar la puerta tras de sí y murmurar.
-Ni se les ocurra arruinar esto. Sean amables entendieron?
Se sentía como una cita de juegos, lo único que sabían era que el chico tenía la misma edad que Tighnari, pero a diferencia del omega de orejas, el niño no se había presentado como alfa u omega, por lo que no asistiría a fiestas con ellos. Se quejaron ya dentro de la carreta mientras se dirigían a la enorme casa en la ciudad que se encontraba cerca del río.
-No entiendo porque aceptamos- se quejó Kaveh, era cierto que su papá y el del otro niño fueron amigos junto al de Cyno y al de Tighnari pero eso tampoco significaba que fueran a llevarse bien, aun así de todas formas accedió cuando Cyrus lo pidió por alguna razón.
-Padre está recreando su viejo grupo de amigos con nosotros- dijo Cyno. Al llegar, un mayordomo junto a Lady Vultur Volans los esperaba en la entrada. Ella tan amable como la recordaban los invito a pasar y los llevó a la biblioteca de la casa, donde un niño leía y los ignoraba completamente.
-Alhaitham mi niño, tus nuevos amigos están aquí- dijo para luego marcharse. Este dejó su libro y caminó para mirar detenidamente a los tres jóvenes que estaban parados frente suyo.
-Gracias abuela- miró a la mujer marcharse y tomó aire listo para iniciar una pelea- mi abuela insiste en que debo relacionarme con otras personas. Yo no opino lo mismo, pero como fue nuestro trato me presentaré. Soy Alhaitham de Vultur Volans, futuro duque de Vultur Volans.
-Soy Cyno, segundo hijo del conde de Spantamad. Este es Tighnari del clan de eruditos de Gandharva Ville y Kaveh nieto del marqués de Paradisean.- Alhaitham los miro a los tres con un ápice de decepción en los ojos.
-No son útiles, un segundo hijo, el nieto de una casa de bajo estatus y un niño sin título nobiliario, que suerte la mía.
-¿Qué dijiste?- Kaveh estaba enojado, no iba a permitir que un mocoso lo tratara de menos y lo tomó de la camisa.
-Necesito amigos fuertes, y conseguir conexiones con gente que posea influencias- respondió tratando de calmar el ambiente, como si aquello fuera lo más lógico del mundo. Tighnari fue el primero en separar a Kaveh de Alhaitham.
-No eres muy bueno con las palabras no es así?- preguntó, supo que Alhaitham no era malo, solo que era terriblemente malo para comunicarse con otros. Acaso era la primera vez que interactiva con otras personas? Era como si no tuviera habilidades sociales en lo absoluto.
-Voy a ignorar tus insinuaciones sobre mis habilidades de comunicación. Pero un futuro duque necesita conexiones.
-Bueno Alhaitham ¿Por qué no usas las influencias de tus amigos del campo?- preguntó Cyno mirando a Tighnari, el cual le sonrió entendiendo a donde quería llegar el alfa.
-Claro Alhaitham, seguro tenias muchos amigos- dijo Tighnari, Kaveh los miró en silencio viendo como el dúo comenzaba a intimidar al niño que había sido tan grosero con ellos- lamentablemente todavía no puedes ir a las fiestas de los nobles. Y tendrás que conformarte con nosotros.
-Yo no tenía amigos no los necesitaba- respondió- ahora si los necesito para alcanzar mis objetivos.
-Seremos tus amigos entonces, si alguien tiene conexiones, esa persona soy yo- dijo con orgullo Kaveh, inflando el pecho. Su popularidad era enorme entre los nobles, a pesar de ser el nieto de una familia sin demasiado prestigio, estaba siendo cortejado por los alfas más cotizados.
-Tu?- preguntó incrédulo, ¿cómo era posible?
-Kaveh es el omega más cotizado y el más popular en todas las fiestas- presumió Tighnari. Era llamativo, no iba a negar aquello, de los tres jóvenes enfrente suyo era el mejor vestido y el más ruidoso también. Y también era lindo, y guapo pero aquello era superficial para él. ¿Qué veían en Kaveh?
-¿Eres omega? ¿Y ustedes?- dijo el peli gris mirando a Cyno y Tighnari. Lo habían olvidado, por lo general no era necesario informar de su género secundario, sus feromonas harían el trabajo. Pero Alhaitham no se había presentado todavía y no era capaz de percibirlo.
-Cyno es alfa y Tighnari también es omega- respondió Kaveh- Oh, deberíamos apostar sobre Alhaitham?
-No, no van a apostar sobre mí!- gruñó furioso ante la propuesta del joven omega. Aquel trío lo tenía realmente molesto, se habían metido con él desde que llegaron.
-Creo que es omega, solo mírenlo, es tan lindo y adorable- se apresuró a decir Kaveh acercándose al más joven y despeinando su cabello. Los otros dos jóvenes apostaron en contra de Kaveh, afirmando que su instinto con las personas era el peor de todos y lo más seguro era que se estuviera equivocando. Kaveh entonces lloriqueo ante esto y por primera vez Alhaitham rió. Solo entonces el pequeño nuevo miembro del grupo se relajó y bajó la guardia, abandonando finalmente su fachada.
Los tres comenzaron a llevarse bien con el joven duque, y a hablar más tranquilamente, y la mala impresión inicial que habían tenido de él había desaparecido. Alhaitham notó que a pesar de la apariencia intimidante de Cyno, este era una persona agradable que tenía el peor sentido de humor en la faz de la tierra, y cuando Kaveh y Tighnari se distrajeron, el alfa comenzó a hablar sobre su juego de cartas favorito.
Tighnari era el cable a tierra del grupo, era el más joven del trío y tanto Kaveh como Cyno, ambos parecían revolotear a su alrededor a pesar de ser mayores que él. Tighnari habló sobre su intereses, los cuales incluían la medicina y la botánica. Alhaitham encontró aquello sumamente interesante, y deseo poder aprender más del pelinegro. Kaveh era un caso único. Un verdadero nerd de la arquitectura, no dejó de hablar sobre los detalles que tenía la casa, el diseño y llenó de halagos la decoración de su abuela.
Alhaitham también notó como los ojos de aquel omega parecían brillar de una forma que jamás había visto antes. Tal vez se había quedado mirando a Kaveh demasiado tiempo, porque cuando se dio cuenta el omega de orejas le estaba diciendo algo al oído al alfa. Obviamente Kaveh no pareció percatarse de aquel gesto tan íntimo del dúo de amigos.
Sus reuniones se volvieron regulares a lo largo del aquel primer mes. Pero eran ellos los que lo iban a visitar. Alhaitham odiaba la idea de ir a aquellas fiestas, las cuales estarían repletas de personas. Pero si deseaba recuperar sus tierras y todo lo que le habían arrebatado debía volverse un alfa lo antes posible, ir a fiestas, y ganar influencias. Pero su género secundario parecía que jamás aparecería. O eso creyó.
Kaveh se encontraba en la carreta junto a Cyno y Tighnari. Era ese día de la semana en la que iban a visitar a su pequeño amigo. Alhaitham era realmente particular, algo gruñón para ser tan pequeño. Pero Kaveh creía que aquel niño era adorable con sus mejillas rosadas y aquel mechón de cabello que parecía un pequeño brote. Aún así a veces lograba hacerlo enojar con sus comentarios mordaces. Al llegar a la casa de Alhaitham, los recibió la abuela de este.
-Lo siento, pero mi niño finalmente ha presentado su género secundario, por lo cual en estos momentos está recluido en su cuarto- dijo la mujer. Ella se sentía tan feliz por los primeros amigos que su nieto había conseguido. Le había preocupado que tanto tiempo aislados hubieran afectado la forma en que este se relaciona con otros. Pero cuando vio los primeros cambios en su actitud y aquel entusiasmo que tenía cada que los tres jóvenes lo visitaban, habían hecho que todos los temores de aquella anciana se esfumaran.
Kaveh, Tighnari y Cyno aquel día no fueron informados si Alhaitham era alfa u omega, por lo que sus ganas de saber quién había ganado la apuesta eran grandes. Y esperar para su siguiente reunión fue una verdadera tortura. Para suerte de Kaveh y desgracia para Tighnari y Cyno, cuando debían ir a ver a Alhaitham este tuvo que quedarse en casa.
“Padre necesita algo de ayuda” había dicho Kaveh con una sonrisa algo triste. Ambos, Cyno y Tighnari pensaron que aquella tristeza se debía a que realmente debía de querer saber si había ganado la apuesta. La realidad se alejaba totalmente de eso.
-Soy alfa- dijo Alhaitham con orgullo- Kaveh se equivocó, por cierto ¿Dónde está?
-Se quedó a ayudar a su padre con el negocio, últimamente ha habido problemas desde el incendio- comentó Cyno restándole importancia al asunto de la misma forma que Kaveh lo había hecho antes.
-Quería ver su rostro cuando se diera cuenta que se equivocó conmigo- Alhaitham pensó que seguramente Kaveh pondría la expresión más divertida, el omega era tan expresivo y cada emoción se veía dibujada en su rostro y en sus ojos rubí. Si tan solo pudiera ver aquello, supuso que debería de esperar al próximo encuentro con el rubio. Y le echaría en cara como se había equivocado. Fue entonces que le pidió a Cyno y Tighnari que todavía no le dieran nada a Kaveh.
Aunque a su abuela no le agradaba la idea de que fuera a fiestas hasta que tuviera al menos 16 años. Esa tarde Cyno y Tighnari organizaron un plan para que Alhaitham comenzará a obtener alianzas con diferentes familias de la alta sociedad. Ambos le habían comentado que conseguiría todo lo que quisiera si le prometían a la otra persona una cita con Kaveh. Eso le generó una molestia.
-No te enojes, Kaveh nos permite hacerlo, siempre y cuando compartamos el botín con él- dijo Tighnari, de todas formas no pudo controlar sus feromonas, y su molestia se hizo evidente para los otros dos chicos. Que lo observaban divertidos. Pero su objetivos eran claros y sus nuevos amigos también eran herramientas, solo eran eso.
-Le diremos a tu abuela que te quedaras en mi casa, la siguiente reunión social será una grande- anunció Cyno. Alhaitham estaba de acuerdo con la idea. Aunque le molestaba tener que mentirle a su abuela porque jamás lo había hecho antes. Era necesario, después de todo debía acostumbrarse a hacer cosas poco éticas si deseaba que ambos regresaran a su hogar.
Solo fueron ellos tres juntos, Kaveh había mandado una carta diciendo que tenía una cita con el chico alfa de los bombones de chocolate. Alhaitham debía admitir que sentía curiosidad. Ahora que era capaz de sentir las feromonas deseaba saber cómo era la esencia de Kaveh. Cyno poseía un aroma desagradable, precisamente porque ambos eran alfas, y seguramente él debía de oler mal para Cyno. Tighnari olía bien pero nada realmente para destacar, era agradable. La última persona a la cual le faltaba investigar con su nueva habilidad adquirida era el rubio.
La cantidad de gente, la música y todas aquellas feromonas de todo tipo hizo que aquella experiencia fuera realmente espantosa. No estaba acostumbrado, tal vez porque sólo conocía la tranquilidad del campo y su nueva casa estaba a las afueras de la ciudad, donde era relativamente tranquilo y silencio. Algunos omegas olían bien otros no, algunas personas se acercaron para preguntarle quién era, pero el nombre de Vultur Volans era famoso así como la tragedia que lo acompañaba.
A lo lejos vio a Kaveh, junto a un chico. El joven omega lo empujó cuando éste se acercaba a él insistentemente y se retiró de la fiesta. Cuando Alhaitham quiso seguirlo para ver cómo se encontraba. Un grupo de alfas lo rodeó curiosos de su identidad. Comenzaron a hablar con Alhaitham y éste consideró que era la oportunidad que estaba esperando. Kaveh podía esperar.
Lamentablemente aquellos otros alfas eran unos morbosos que solo querían conocer los detalles que rodeaban al fallecimiento de los anteriores duques de Vultur Volans, sus padres. Así que luego de unos minutos decidió que iría a buscar a Kaveh para ver cómo se encontraba. Bajo las escaleras desde el balcón de la casa de los anfitriones, pudo ver a Kaveh junto a alguien más junto a la fuente y se dirigió a aquel lugar.
Del asesino de sus padres solo vio retratos y debía admitir que Alhaitham lo veía en sus sueños como un aterrador monstruo que iría a por él y su abuela para terminar lo que comenzó. Lo reconoció, era Azar y estaba junto a Kaveh hablando de algo, pero no sabía de qué. Su instinto le indicó que huyera del lugar y regresara a donde estaba la fiesta junto a Cyno y Tighnari pero no hizo caso. Y corrió en dirección opuesta, detuvo a Azar justo antes de que tocará el rostro de Kaveh que estaba cubierto de lágrimas y apartó su mano.
-Alhaitham? ¿Qué haces aquí?- preguntó totalmente sorprendido de que su pequeño amigo estuviera ahí en un momento tan vulnerable suyo. Luego de pelearse con aquel alfa por querer propagarse con él se dirigió a la fuente por algo de aire fresco. Fue entonces que se encontró con Azar y éste lo tranquilizó. Era solo un señor que estaba siendo amable con él, Alhaitham no debió ser tan grosero, pensó. Pero antes de que pudiera regañar a peli gris, Azar abrió la boca.
-Oh pero si eres Alhaitham, he estado deseando finalmente conocerte- su voz aunque tranquila, era simplemente inquietante. Alhaitham no pensaba quedarse más en aquel lugar tomó la mano de Kaveh y se lo llevó a rastras a pesar de sus quejas.
Corrió con Kaveh pisando sus talones, este se quejaba por la extraña actitud de Alhaitham porque no entendía la razón de su comportamiento. Llegaron hasta debajo de un árbol donde finalmente el alfa se detuvo. Necesitaba calmarse y solo escuchaba los reclamos de Kaveh.
-¿Qué diablos te pasa Alhaitham? Esa persona estaba siendo amable conmigo. No debiste tratarlo así. ¿Por qué corrimos?- Kaveh no entendía absolutamente nada, el viento sopló y pudo sentir las feromonas del muchacho. Primera cosa que notó, Alhaitham estaba asustado, y segundo había perdido la apuesta.
Alhaitham sentía que su mente era un caos y no terminaba de comprender todo lo que le había ocurrido. Miró a Kaveh a los ojos, ahora más calmado y este lo miraba tan sorprendido, aquellos ojos color rubí no dejaban de analizarlo.
-Ese hombre es peligroso.
-¿De qué estás hablando? Él solo me estaba consolando. No parece una mala persona.
-Pero si lo es, solo que pareciera que no eres capaz de verlo como aquel alfa con el que estampas esta noche, ¿qué tan ingenuo puedes ser Kaveh!?- estaba furioso porque por primera vez vio como otros alfas iban detrás de él y no le gustó. ¿Qué diablos veían en Kaveh? ¿Cómo su cabello es tan dorado y brillante como el sol? ¿Aquella sonrisa que parecía que iluminaba la habitación más oscura? ¿Sus ojos color rubí que parecían brillar más que cualquier piedra preciosa que alguna vez haya visto? No entendía absolutamente nada y eso le enfureció porque por primera vez se encontraba frente a preguntas que no era capaz de responder.
Dejó de escuchar las quejas del rubio el cual se veía herido por sus comentarios. Kaveh se dio la media vuelta para regresar a la fiesta pero Alhaitham lo detuvo, tirando de él y haciendo algo que jamás creyó que haría.
Lo besó.
Cerró los ojos con fuerza y se paró sobre la punta de sus pies, apenas apoyó sus labios con los del omega, tan casto e inocente. Finalmente pudo sentir su olor. Podría jurar que jamás sintió un aroma más perfecto que el de Kaveh, ni ahora ni nunca habría algo mejor que eso. Era absurdo, entonces Alhaitham se asustó por lo abrumador que había sido aquella noche, por lo asustado que Azar lo hizo sentir, y por lo inmenso que se sentían sus sentimientos por Kaveh y huyó dejando al omega totalmente confundido. Desesperado busco a Cyno y a Tighnari los cuales estaban sentados uno al lado del otro riendo.
-¿Alhaitham? Estás muy pálido- dijo Cyno preocupado.
-Es hora de irnos ¿Dónde está Kaveh?- preguntó Tighnari.
-¡No, necesito irme ya!
Los tres se marcharon no sin antes dejar una nota que informaba que se irían antes porque Alhaitham se sentía mal, pero que lo dejarían en casa de Cyno y regresaría por él.
Kaveh vio a aquel pequeño alfa correr dejándolo solo, entendió que fue un impulso. Pero no esperaba que Alhaitham sería quién robaría su primer beso. Con éxito había logrado evitar que los alfas lo besaran y jamás bajaba su guardia porque quería que su primer beso fuera con alguien especial. Ahora compartiría aquel momento con alguien niño para toda su vida. Regresó a la fiesta decidido a regresar a casa pero al llegar a la recepción, le entregaron una carta donde le informaban que Alhaitham se había enfermado y sus amigos decidieron regresar antes de urgencia. Suspiró, esa noche estaba siendo particularmente mala.
-Oh Kaveh, muchacho ¿Tus amigos ya se fueron? ¿Quieres que te lleve a tu casa?- dijo una voz detrás de él. Era aquel anciano que escuchó su historia aquella noche y le mostró amabilidad, comprensión y empatía. Kaveh entonces aceptó, solo porque estaba cansado y quería regresar lo antes posible. Hablaron poco durante el caminó, Kaveh tenía demasiado pasando por su mente. No podía dejar de pensar en Alhaitham. Los alfas chicos y chicas que eran apenas mayores que él, siempre eran quienes él consideraba más atractivos. Chicos altos, chicas lindas de grandes pechos. Alhaitham apenas había cumplido 15 años, y era realmente bajo de estatura. Era muy inteligente pero siempre usaba la peor combinación de palabras al responder. Y constantemente se ponía en su contra a la hora de debatir sobre algún tópico. A pesar de todo aquello, disfrutaba pasar las tardes con el peli gris.
Cuando llegó finalmente a casa, se despidió y regresó a su hogar. Las luces prendidas en el estudio de su padre, indicaba que él todavía estaba despierto.
-Kaveh, llegaste. ¿Te divertiste? Tu madre debe de estar en la habitación esperando noticias tuyas. Ve a verla- le indicó el hombre el cual se veía cansado y con ojeras. Seguramente perdió otro cliente, pensó Kaveh.
Faranak estaba en el sillón sentada, se había quedado dormida esperando a que su hijo regresara. No era en realidad tan tarde pero tanto su mamá como su padre, no estaban pasando el mejor momento desde que el negocio empezó a tener problemas. Tomó a la mujer en brazos y la colocó suavemente en la cama. Quería ayudar, pero todavía era solo un niño, ni siquiera era mayor de edad. Si tan solo pudiera hacer algo, lo que fuera para ayudar a su mamá y al hombre que lo crió como a su hijo. En pocas semanas cumpliría 17 y estaría más cerca de casarse, si tuviera éxito con sus planes. ¿Podría salvar a su familia? Siempre se quiso casar por amor, pero tal vez solo debería aceptar el mejor trato para su familia.
